Autor: redaccioninfovaticana
Con la llegada del verano, Monseñor Demetrio Fernández, sugiere en su carta pastoral de esta semana que «las vacaciones tengan un sentido religioso, a imitación de Dios creador, como lo tiene el trabajo».
«En el trabajo, el hombre es colaborador en la obra de Dios, prolonga su obra perfeccionando el mundo creado. Y en el descanso el hombre participa de esa actitud divina, que al hombre le sirve para reconocer a Dios y lo que Dios le da en las etapas de trabajo», escribe el prelado.
Además, alerta que «uno de los males de nuestro tiempo, producido por los ritmos de trabajo, es que el trabajo se acumula y lleva a emborrachar al hombre con la actividad». Dicha actividad, prosigue el obispo, «si es productiva, la avaricia hace al hombre insaciable de trabajo. Por eso, más que nunca necesita descansar, es decir, cambiar el ritmo de su actividad y darle tiempo a otras cosas…