El Espíritu Santo es el amigo que no ves. Él te recuerda, te lleva a la verdad y al conocimiento de Dios y del prójimo, está dentro de ti porque quiere permanecer con el hombre.
Este Espíritu se convierte en el deseo del hombre. Este que camina en la vida de santidad necesita del Espíritu que como soplo y auxilio puede refrescar e iluminar la vida del hombre, para ayudarle a cumplir en su vida el plan de salvación que Dios ha preparado para él. El Espíritu lleva al hombre a conocer la verdad sobre sí mismo, Dios y lo que le rodea. Ayuda a que el hombre pueda vivir en su existencia de un modo real.
Es un Espíritu amigo del hombre porque quiere relacionarse con él, quiere hablarle al corazón, conversar con él y amarle. Va a compartir con el hombre lo más íntimo de Dios, para poder recordarle aquello que Dios viene hacer en él. Es un amigo porque hace en el hombre…
Autor: Un camino de fe
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