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Redacción Central, 17 Oct. 22 (ACI Prensa).-
La vida del gran Papa San Juan Pablo II estuvo llena de ocasiones memorables, pero hay un día que el santo polaco consideró el más especial de todos.
Se podría pensar, tal vez, en su ordenación sacerdotal, sus múltiples encuentros con los fieles o su elección como Sucesor de San Pedro, incluso el haber sobrevivido al atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981, en la fiesta de la Virgen de Fátima.
Sin embargo, el día que el santo mismo consideró el más feliz de su vida estuvo marcado por una devoción que influyó profundamente en su pontificado.
Para San Juan Pablo II, el día más feliz de su vida fue cuando canonizó a una religiosa de su natal Polonia: Santa Faustina Kowalska, a quien Jesús le reveló las promesas de su Divina Misericordia.
Si bien San Juan Pablo II tenía alrededor de 18 años cuando Santa Faustina Kowalska…
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