El que había llegado corriendo y arrodillado ansiosamente ante Nuestro Señor, salió de su presencia triste y abatido. Prefirió preservar sus bienes terrenales, despreciando –hecho inédito en el Evangelio– el “tesoro en el cielo” ofrecido por Dios mismo.
Nuestro Señor con el joven rico – Igreja de San Vendelino, Saint Henry (EUA) – Foto: Nheyob (CC by-sa 3.0)
Redacción (13/10/2024 16:06, Gaudium Press) El Nuevo Testamento nos presenta innumerables ejemplos de la llamada hecha por el propio Jesús a los elegidos para ser sus Apóstoles. Ve a Mateo en la oficina del publicano y le dice: “Sígueme” (Mt 9, 9); En el camino a Damasco, San Pablo es arrojado al suelo y, al escuchar la voz que lo interroga, responde: “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Hch 9, 6); lleno de asombro tras la pesca milagrosa, Pedro se postra ante el Maestro, exclamando: “Apártate de…
Autor: Saul Castilblanco Mosos
5 maneras de oír lo que Dios te está diciendo
Dios siempre nos habla en diferentes momentos y de diferentes maneras. Esa es la premisa básica del libro Discernimiento del difunto Henri Nouwen, sacerdote católico romano, autor de 39 libros y…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
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Comulgar en la boca en época de pandemia
Te queremos compartir este artículo del Padre Ángel María Rojas, S.J. escrito en agosto del 2020, donde nos explica cómo comulgar en la boca, sobre todo, en estos tiempos de…



















