Terry Mattingly
(ZENIT Noticias / Oklahoma City, 13.09.2024).- Predicar a los adolescentes siempre ha sido un reto. Pero en la era de los teléfonos inteligentes, el clero debe darse cuenta de que las posibilidades de establecer una conexión espiritual han cambiado radicalmente. A los jóvenes que pasan hasta 10 o más horas al día mirando pantallas digitales les resultará casi imposible escuchar a un adulto hablar de algo, especialmente en un santuario religioso.
«Mientras los niños tengan una infancia basada en el teléfono, hay muy pocas esperanzas para su educación espiritual», afirma Jonathan Haidt, autor de un bestseller – “La generación ansiosa”- que ha subido la temperatura en los debates públicos sobre el control o la prohibición de los smartphones en las escuelas.
«Una condición previa esencial es retrasar la vida basada en el teléfono hasta los 18 años,…
Autor: Redacción Zenit
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