Entretengo estas Navidades leyendo los ‘evangelios apócrifos‘, algo que imperdonablemente no había hecho hasta hoy. ‘Apócrifo’, en griego, significaba ‘oculto’ o ‘apartado’ (o una mezcla de las dos cosas, algo así como ‘recoleto‘); pero el epíteto cobraría un nuevo significado cuando se fijó definitivamente el canon bíblico en el Concilio de Trento y algunos libros –tanto del Nuevo como del Viejo Testamento– fueron apartados, por contener pasajes que se consideraron contrarios al dogma, o simplemente fantasiosos. Posteriormente, por una curiosa traslación semántica, se considerarían libros o documentos ‘apócrifos’ aquellos que resultan ‘falsos’; no por fantasiosos, sino porque su autoría es fraudulenta o ‘trucha’, que diría un argentino.
Ciertamente, los evangelios apócrifos son mucho más fantasiosos que los canónicos, en su despliegue de maravillas y su…
Autor: Juan Manuel de Prada
No celebres Halloween, sino quieres rendir a Satán sin saberlo.
Holywins, es la alternativa al culto a los demonios que celebramos cada primero de noviembre Tal vez muchos de nosotros hemos celebrado Halloween cuando éramos niños, porque nos parecía divertido…
Los 18 beneficios de asistir a la Santa Misa
La misa es el encuentro con Dios Nuestro Señor, pero no sólo con Él, también con nuestro interior, haciendo que mejoremos cada día más como personas. Este encuentro con Nuestro…
8 razones que explican por qué muchos católicos ni evangelizan ni se lo han planteado ni plantearán
Dwight Longenecker es un conocido sacerdote católico con amplia experiencia. Converso al catolicismo su camino hacia la Iglesia fue paulatino pues pasó de pastor fundamentalista protestante a evangélico de tipo carismático, luego…