Autor: Monseñor Demetrio Fernández
Celebramos en este domingo la fiesta de la Ascensión de Jesucristo a los cielos. Cuarenta días después de su resurrección, Jesús reunió a sus apóstoles y, delante de ellos, fue elevado al cielo, hasta que lo perdieron de vista. De esta manera, Jesús culminó su glorificación sentado a la derecha del Padre, como Señor y juez, que vendrá glorioso al final de los tiempos, para juzgar a vivos y muertos
Para un cristiano, mirar al cielo significa dirigir su corazón hacia esa situación feliz que Dios nos tiene preparada para cada uno de nosotros, y en la que Jesús nos precede, según lo que celebramos en esta fiesta. Dos obstáculos principales nos impiden esta mirada al cielo: por una parte, la vida placentera en este mundo nos hace olvidar el cielo, nos parece que estaremos mejor en la tierra disfrutando de lo que la vida nos pueda ofrecer. Si nos hablan del cielo, asentimos, pero pensamos…