Muchos conocemos la famosa historia del Jardín del Edén, Adán, Eva y el famoso fruto prohibido. ¿Recordamos qué ocurre después?
Inmediatamente después de haber comido el fruto prohibido, Adán y Eva comienzan a sentirse muy diferente: inseguros, desprotegidos, bajo la amenaza del mundo exterior y de ellos mismos. La confianza plena que se sentían mutuamente queda quebrantada y el relato bíblico nos dice que se dieron cuenta que estaban desnudos, así que con hojas de higuera se hicieron unos taparrabos para cubrirse.
Luego el relato continúa así:
“Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.
»Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?».
«Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me…
Autor: Luciana Rogowicz

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