A ver si con algún ejemplo se entiende lo que al final quiero decir…
¿Uno es libre de casarse? Creo que la gran mayoría diría que, en general, sí, y que hay casos en los que los condicionamientos familiares, políticos, culturales, etc., impedirían esa “libertad” a priori alcanzada por las sociedades democráticas. Por ello, cuando hablamos del derecho a casarse como derecho humano, nos referimos a que, si uno quiere casarse y formar una familia, fruto de su libre elección, pueda hacerlo sin impedimentos como los aludidos; y no haya imposiciones si no quiere hacerlo.
Pero todo derecho implica una obligación, no lo olvidemos. Es como la otra cara de la moneda. Si yo puedo ejercer un derecho sobre algo es porque los demás, la sociedad en su conjunto, y en última instancia el Estado, están obligados a implicarse en el logro de aquello sobre lo que se me ha reconocido…
Autor: Marta Pérez-Cameselle
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