Sería mediados de los años noventa cuando una valiosa lección de vida traspasó mi todavía tierno uso de razón. Alguien había traído a casa un montón de latas de carne, que ni yo ni mis hermanos éramos capaces de tragar. Mi madre, que es buena, como todas las madres, sin saber qué hacer con semejante exquisitez, nos encargó una caritativa misión. Debíamos subirlas cada mañana a la buhardilla de un vecino que apenas tenía qué comer.
Cumpliendo a rajatabla con tamaño encargo, empezando a descubrir que la felicidad consistía más en dar que en recibir, subíamos los cinco pisos que tenía nuestra casa. Tocábamos la puerta, decíamos que éramos del primero, dejábamos las latas de parte de nuestra madre y salíamos zumbando, bajando los escalones de cuatro en cuatro. Así una mañana tras otra. Todo eran ganancias. Mi madre contenta de ayudar a un pobre… y además…
Autor: Juan Cadarso

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
Los 12 pasos que nos llevan a la esclavitud del orgullo, según San Bernardo
El orgullo es un pecado que puede manifestarse de diversas formas y llevarnos por un camino de autodestrucción espiritual. Continúa leyendo este artñiculo para conocer cuales son los pasos que…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …
Consejos para una llevar una vida Cristiana
Llevar una vida Cristiana que agrade a Nuestro Creador y a Nuestra Madre, no es difícil, y menos aburrida, como muchos pueden creer. Sin embargo, necesita dedicación. No basta con…



















