Subir a Valvanera es algo muy especial para todo riojano. Es encontrarse con la Madre de los riojanos, la Serranilla graciosa que espera siempre a los romeros que acuden a su casa en lo alto de la montaña en un recodo del valle del Najerilla. Montes, curvas en la carretera, el río a la izquierda, la ladera de la montaña a la derecha y al final, cuando queda poco para llegar, se deja ver la casa de la Virgen. Hay que seguir subiendo un par de kilómetros y llegamos a la meta: el monasterio que desde hace más de 10 siglos ostenta la dicha de custodiar la imagen de la Virgen de Valvanera.
Esto y mucho más es peregrinar a Valvanera. Llegar a los pies de la Virgen y abrir el corazón para que sea Ella, la Madre, quien acoja con verdadero amor maternal todo lo que sus hijos le presentan. La mayoría va en coche; sólo unos pocos a pie, los que desde pueblos cercanos llegan hasta el…
Autor: Sólo Dios basta
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