Autor: Juan Cadarso
Hace tan solo un año celebraban el 800 aniversario de la muerte de su fundador. Considerada una de las órdenes religiosas más importantes y fecundas de la historia de la Iglesia, entre sus lemas más utilizados está: «alabar, bendecir y predicar». Máxima a la que, sin duda, habría que añadir: «inventar». O, al menos, «aportar», elementos clave a lo que hoy conocemos como civilización occidental.
El sistema político estadounidense, el lema de los Juegos Olímpicos modernos, o las propias vestimentas de los Papas, tienen, de algún modo, la patente de este gran trasatlántico llamado Orden de Predicadores. Fundados en el siglo XIII por Santo Domingo de Guzmán, para luchar contra las herejías, los dominicos, vestidos de blanco y negro, han recorrido, y recorren, el mundo llevando un modo bastante singular de transmitir el estudio y la predicación.
El Derecho Internacional de Francisco de…