El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor ente dedicado a la investigación científica en España, está organizado en centros de investigación llamados institutos.
En 1946, hace 75 años, se fundó el Instituto de Óptica ‘Daza de Valdés’. Es el centro de investigación en óptica más importante de España, hasta la fecha.
Daza de Valdés, un dominico pionero de la óptica
Parece casi seguro que Benito Daza de Valdés (Córdoba, 1591 – Sevilla, 1634) fue un clérigo dominico -aunque probablemente no era sacerdote- que trabajó de funcionario en la Inquisición.
Escribió el libro de optometría más antiguo que se conozca en cualquier idioma, publicado en español en 1623.
Este libro pionero en óptica se tituló: “Uso de los anteojos para todo género de vistas en que se enseña a conocer los grados que a cada uno le faltan de su vista, y los que tienen cualesquier anteojos y así mismo a que tiempo se han de usar, y como se pedirán en ausencia, con otros avisos importantes, a la utilidad y conservación de la vista”. Para abreviar, El uso de anteojos.
El libro estaba dedicado a la Virgen de la Fuensanta, copatrona de su Córdoba natal. Hasta incluía un romance sobre la aparición de esta Virgen, obra de un amigo. Y finalizaba con un “Soli Deo Honor et Gloria” («sólo a Dios el honor y la gloria»).
Daza de Valdés era el segundo de seis hermanos en una familia de plateros de Córdoba. Fue bachiller en Artes y Filosofía. En su libro habla de la clasificación de lentes, graduación de la vista, operación de cataratas… Recomendando cristales ahumados para evitar el daño del sol, un antecedente de las actuales gafas de sol.
Portada de El uso de los Anteojos, de Daza de Valdés… científico y notario de la Inquisición
Hoy, el logo de la Sociedad Española de Oftalmología es un dibujo de Daza de Valdés para clasificar las lentes. Los ópticos andaluces conceden un premio con su nombre.
Que Daza era dominico se deduce de una cruz dominica que viste en el retrato que aparece en el libro, y en otros indicios. Era notario de la Inquisición (con tribunales llenos de dominicos), una orden de 1619 exigía al menos un dominico en cada tribunal provincial de la Inquisición y el censor del libro fue el dominico fray Domingo de Molina. Era tradición que la obra del religioso de una orden la censurara otro de la misma orden (censura interna). (Más sobre esto aquí en PDF en Oftalmoseo.com).
Más información en la tesis de 1993 de Ana M. Rueda Sánchez sobre Daza, aquí en PDF
El peculiar edificio del Instituto Daza de Valdés
El Instituto de Óptica Daza de Valdés como entidad nace en 1946, pero su edificio es dos años posterior. Está en la calle Serrano, 121 de Madrid, en el hueco que dejaban los edificios de la Fundación Rockefeller y de la Capilla del Espíritu Santo (construida en 1942 para servir a los investigadores del CSIC).
El antiguo bar del Instituto Daza de Valdés de investigación óptica del CSIC
Es obra de uno de los más importantes arquitectos de la época, Miguel Fisac, que entonces era miembro del Opus Dei y fue el autor de muchos edificios científicos del CSIC. Su cuidado diseño de exteriores e interiores todavía se puede disfrutar hoy. En su biblioteca está la sede actual de la Librería CSIC.
Este edificio se ha respetado, pero otras obras de Fisac no tuvieron tanta suerte. Así, la reforma de interiores de la famosa Torre Fisac del Campus Serrano del CSIC arrasó el diseño de Fisac. Hoy la torre es el Instituto de Ciencias Agrarias y parte del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
El Instituto Daza de Valdés presentado en 3 minutos en vídeo
El fundador del Instituto, de Acción Católica y misa diaria
Quien fundó el Instituto Óptico hace 75 años fue Jose Mª Otero Navascués (Madrid 1907-1983), Marqués de Hermosilla, militar científico español, de la Armada, dedicado a las ciencias físicas. Al principio le interesaba sobre todo la metalurgia, pero finalmente se decantó por la óptica. En el campo de la óptica, a Otero Navascués se le atribuye el descubrimiento y explicación de la miopía nocturna en 1942, junto a Armando Durán.
Además, se le considera el padre de la energía nuclear española porque fue director de la Junta de Investigaciones Atómicas y director de la Junta de Energía Nuclear (presidente de 1958-1974), periodo en el que se instaló el primer reactor nuclear de España. Hizo construir la primera central atómica española, la de José Cabrera, en Guadalajara.
Vídeo con las imágenes de la inauguración en 1958 del Centro Nacional de Energía Nuclear, que Otero Navascués presentaba a las autoridades
Otero Navascués llegó a presidir el Comité Internacional de Pesas y Medidas, y fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Valencia, Rouen y Lovaina.
Era de familia católica y de misa diaria. Manuel Lora-Tamayo lo definió como “de gran sentido moral y profunda religiosidad”.
A los 26 años se hizo de Acción Católica, en 1933. En 1934 fundó el Laboratorio de Óptica en el Ministerio de la Marina, en 1934, vinculado al Laboratorio de Investigaciones Físicas.
Iniciada la Guerra Civil, como quizá otras 900 personas, salvó la vida al refugiarse en la Embajada de Noruega, en Madrid, para evitar ser asesinado por milicianos del Frente Popular. De sumo interés sobre este particular es la lectura del libro de Felix Schlayer, cónsul de Noruega en España (“Diplomático en el Madrid rojo”. Ed. Espuela de Plata, 2008).
Ayudando a los exiliados de países comunistas
En 1941-42 fue nombrado vocal colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Fue impulsor de la creación de la Obra Católica de Asistencia Universitaria (OCAU), organización internacional que dio becas para estudiantes exiliados de los países comunistas, algo que había pedido Pío XII y que el obispo de Madrid, Casimiro Morcillo, apoyaba. En 1946 fue nombrado su presidente.
En 1954 fue nombrado presidente de la Federación Internacional de las Asociaciones de Hombres de Acción Católica (FIHC). Se esforzó en ayudar a los católicos de países de régimen comunista. Desde 1962 fue miembro de la Asociación Católica de Propagandistas.
En sus discursos empleó a menudo un lenguaje científico y teológico. Impartió una conferencia en la Asamblea General de los Organismos Internacionales Católicos (APJON), celebrada en París (12-15 de marzo de 1954), titulada “El científico católico en los mediados del siglo XX”.
En el campo docente, creó los estudios de óptica. En 1956 fundó en el CSIC la Escuela de Anteojería, y en 1972 la Escuela Universitaria de Óptica de la UCM, y la de Tarrasa, de la UPB. Creó además el Centro de Investigaciones de la Armada (CIDA) y la Empresa Nacional de Óptica (ENOSA).
Gestiones directas de Otero posibilitaron la recuperación para la investigación óptica en España de un histórico, Miguel Antonio Catalán Sañudo, a quien Franco había dejado sin cátedra, consiguiendo para él la devolución de su cátedra y nombrándole jefe del Depto. de Espectros del I. de Óptica Daza de Valdés.
Por sus servicios a la Iglesia, Otero recibió del Vaticano la Gran Cruz de san Silvestre y el nombramiento de Comendador con placa de la Orden de san Gregorio Magno. (Más datos sobre Otero aquí. )
Para finalizar, señalaremos que su trabajo formó a muchas mujeres para la ciencia, como ya explicamos aquí en ReL al hablar de las pioneras científicas y católicas del Instituto de Óptica.