Queridos lectores, entramos en el mes de junio, mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Me parece muy buen momento, pues, para recordar un pasaje del Evangelio de San Lucas tan aleccionador como conmovedor, que a mí me resulta muy inspirador, en relación al tema que abordamos hoy.
Como recordarán, en cierta ocasión, Nuestro Señor Jesucristo fue invitado a comer en casa de un fariseo llamado Simón. Mientras comían, una mujer pecadora, que llevaba consigo un ungüento, entró donde estaban, se puso detrás de Jesús, junto a sus pies, llorando y comenzó a bañar con lágrimas sus pies y los enjugaba con los cabellos de su cabeza y besaba sus pies y los ungía con el ungüento (Lc 7, 38).
Viendo esta escena, el fariseo anfitrión pensó mal, tanto del Señor, como de la mujer: Si éste fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, porque es una…
Autor: Lina Veracruz
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
Las profecías de León XIII y su exhortación a rezar el rosario
El Papa León XIII escribió en muchas de sus encíclicas, entre ellas una que cumplió 130 años el pasado 22 de septiembre, Octobri mense, la importancia de rezar el Santo Rosario…