Anteayer escribía un artículo en el que lamentaba hasta qué punto la ventana de Overton se ha cerrado sobre el divorcio, contra el que ya no se previene ni en los círculos más ortodoxos. Y justo cuando lo terminé y me levanté para ir a misa, me encontré con que la lectura del Evangelio era aquella que habla de que marido y mujer serán una sola carne. Siempre nos precipitamos –en los dos sentidos– por el precipicio del pesimismo.
Lo de una sola carne me pone de un magnífico humor. Haciendo la media del peso, yo adelgazo lo mío. También le gustaba mucho a mi paisano José Luis Tejada, que se vino arriba en un poema sobre el amor carnal y dio a luz esta imagen: «Hoy somos sólo un pulpo de ocho miembros / que raramente un tajo divino escindiría». Aquilino Duque, tan amigo y admirador de Tejada, veía un borrón de tinta en lo del pulpo. No lo admitía como animal de…
Autor: Enrique García-Máiquez
Los 12 pasos que nos llevan a la esclavitud del orgullo, según San Bernardo
El orgullo es un pecado que puede manifestarse de diversas formas y llevarnos por un camino de autodestrucción espiritual. Continúa leyendo este artñiculo para conocer cuales son los pasos que…
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos
Consejos para una llevar una vida Cristiana
Llevar una vida Cristiana que agrade a Nuestro Creador y a Nuestra Madre, no es difícil, y menos aburrida, como muchos pueden creer. Sin embargo, necesita dedicación. No basta con…