«Conmoción y dolor«: así calificaron el obispo de Nueve de Julio mons. Ariel Torrado y el párroco de la histórica iglesia de San Anselmo, Mariano Cortés, los actos de vandalismo y profanación ocurridos este 26 de enero en Pehuajó (Argentina). Según fuentes policiales, un sujeto de 36 años habría accedido al templo para destrozar, acto seguido, el Cristo Crucificado de la iglesia y dejarlo sobre el altar.
Según declaraciones del párroco a la radio FM Del Sol, los primeros en dar el aviso fue una pareja que entró a rezar al tradicional templo de San Anselmo cuando presenciaron el resultado de la profanación.
Sorpresa, estupor y dolor
“Yo estaba en Guanaco atendiendo a una pareja que se casa estos días. Me llamaron para avisarme de esto y me vine enseguida para acá. Lo primero que sentí fue sorpresa y estupor. Después sentí dolor, y me puse a pensar qué habrá en la cabeza de esa persona”, relató el sacerdote.
Similar sensación tuvo el intendente local Pablo Zurro, titular del poder ejecutivo en la localidad, al conocer los hechos.
“Me llamaron y vine a ver, pensé que había ocurrido un robo. Y me encontré con este terrible destrozo”, relató a la emisora argentina desde la iglesia, durante los trabajos de la policía científica. Añadió que “está descontado que esto no fue un robo, ni un caso de inseguridad. Es algo muy raro y muy chocante, que produce mucha angustia. Nunca vivimos en Pehuajó algo similar”.
Pocas horas después de los hechos, la policía detuvo a un hombre de 36 años como principal sospechoso de la profanación, identificado como Matías Tiseira, que declaró ante el fiscal Teodoro Ruiz Schenstrom por el ataque como «daño agravado por el odio a la religión«.
El Cristo de San Anselmo en Pehuajó, tras ser profanado, mutilado y destrozado este 26 de enero.
«Una profanación objetiva»
Obispo y párroco manifestaron su «dolor y conmoción» en un comunicado conjunto, así como la «cercanía y solidaridad con la comunidad ante los destrozos de las imágenes religiosas y daños ocasionados» en la iglesia parroquial.
Los eclesiásticos describieron los hechos como «una profanación objetiva» de las imágenes «tan queridas y veneradas», «una herida a la sensibilidad creyente de la feligresía» y «un daño grave al patrimonio artístico de la comunidad».
Tras pedir «misericordia y perdón» para con el autor de la profanación, Torrado y Cortés lamentaron que al presenciar los destrozos «no podemos dejar de pensar en tantísimas personas cuyas existencias también están rotas y destrozadas a causa de la desintegración familiar, las adicciones, la violencia, los abusos y otras formas de manipulaciones e injusticias».
Próximos actos en desagravio
«Veneremos estas imágenes benditas dañadas que nos llevan a compadecernos y solidarizarnos con esas personas -imágenes y semejanza de Dios- igualmente vejadas de tantas formas distintas en su dignidad», añadieron.
Los firmantes agradecieron las numerosas expresiones de cercanía y solidaridad e invitaron a los actos de desagravio que tendrán lugar este domingo 30 de enero en una misa de reparación.
«Nos uniremos espiritualmente a tantos actos de desagravio que se llevarán a cabo estos días en diversos lugares de nuestra diócesis. Alentamos a la comunidad a vivir esta dolorosa situación como una oportunidad para unirse más en la edificación de la Iglesia como templo vivo de Cristo», concluye el comunicado.