Autor: ReL
Marie-Madeleine es la quinta de los hermanos en una familia numerosa de ocho hijos que vive y practica la fe católica. Durante toda su infancia acudió a misa con sus padres y participaba con ellos en las actividades de la parroquia.
«Fue en los años de secundaria cuando empecé a ver pornografía con mis amigos, a algunos de los cuales conocía desde primaria: dibujos animados y manga con connotación erótica y pornográfica», recuerda. Unos amigos que ejercían sobre ella una «influencia tóxica». Muy pronto esa amistad se tradujo «en alcohol y en noches de borrachera«.
Esta joven francesa, que ha ofrecido su testimonio en Découvrir Dieu, comprendió que «algo estaba mal» en aquellas relaciones: «Ellos no aceptaban mis convicciones, mi fe, la relación que yo pudiese tener con Dios. Dejé de estudiar, aquello fue muy difícil para mí, lloré mucho».
Un versículo iluminador
«Un día»,…