La historia de Karl Heitmann comienza con un milagro y termina con otro. Por el primero, este ingeniero y programador chileno de 35 años sanó inexplicablemente de una grave quemadura siendo solo un bebé y por el segundo, regresó a la fe tras una militancia activa en el materialismo, el ateísmo y la cristianofobia desde una secta «premasónica», como él mismo la describe.
Hoy, pasados 4 años de su conversión, es un fiel devoto y admite lo mucho que habría valorado conocer en el pasado las múltiples evidencias y pruebas sobre la relación entre la ciencia, la fe y la verdad.
Un accidente de niño
Nacido de una madre católica brasileña, María Aparecida, y de un padre librepensador y ateo, cuenta en el canal de Montse Castillo que apenas tenía un año cuando se cayó de bruces en las llamas de un asado que preparaba su familia.
El diagnóstico no era especialmente bueno…
Autor: José María Carrera
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