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Yangon – La violencia en los estados birmanos de Kayah y Kayin volvió a estallar tras el golpe de Estado de febrero de 2021, pero se ha intensificado aún más desde el pasado mes de diciembre hasta marzo de 2022, provocando la muerte de cientos de civiles y 150.000 desplazados.
Los civiles son los que pagan el precio más alto con continuas matanzas, saqueos e incendios que tienen todas las características de las tácticas de «castigo colectivo». Así lo afirma el informe de Amnistía Internacional «Bullets rained from the sky: War crimes and displacement in eastern Myanmar», una investigación realizada por Amnistía en los dos estados de Kayin y Kayah, en el este de Birmania, fronterizos con Tailandia.
El «Tatmadaw», el ejército que responde a la junta militar, ha sometido a los civiles karen y karenni a «castigos colectivos mediante ataques aéreos y terrestres generalizados,…