Por Victor Gaetan *
“Jesús y Buda fueron constructores de paz y promotores de la no violencia”.
Nagasaki – En la sede de la ONU en Nueva York, en la tercera planta, una estatua de Santa Inés con su cordero en brazos se alza como un inquietante recordatorio de la destrucción nuclear.
La estatua de la santa conocida por resistir a múltiples atentados contra su vida sobrevivió a la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945. La bomba estalló a 500 metros de la catedral de Urakami, la mayor iglesia católica de Asia en aquella época, e incineró entre 60.000 y 80.000 personas, de las cuales no más de 150 eran soldados. La estatua de Santa Inés fue encontrada boca abajo entre los escombros de la catedral.
Algunos documentos desclasificados del Pentágono han resuelto el enigma de por qué se atacó Nagasaki, a pesar de que no estaba…
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