El sacerdote beato Jaime Puig Mirosa, de 28 años y natural de Terrassa (Barcelona), religioso de los Hijos de la Sagrada Familia, compartió el momento de la muerte -el 30 de julio de 1936- con su exalumno y amigo beato Sebastián Llorens Telarroja, dos años menor, que asistía a la enseñanza nocturna en el colegio que Puig dirigía en Blanes (Girona).
Autor: Jorge López Teulón
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