Me lo decía ayer un sacerdote bueno, con esa mezcla de picardía y lucidez que solo da la fe vivida, cuando le agradecí su claridad en la defensa de la fe: “Prefiero que me fulminen por varón que por bujarrón.” Y uno entiende perfectamente lo que quiere decir. En una Iglesia donde ya no escandaliza la tibieza, la irreverencia o el pecado público, lo que más molesta —lo que de verdad irrita a los señores obispos, a sus eminencias, a…— es el sacerdote viril, claro, alegre, que celebra de cara a Dios y no se disculpa por serlo.
Ya no tiemblan ante los abusos litúrgicos ni ante los templos vacíos. Les da igual que nadie crea, que las homilías suenen a coaching y que los jóvenes huyan de la confirmación como de la varicela. Pero que un cura se vista de sotana, rece el rosario o cite a santo Tomás… eso sí que provoca reacciones. Ahí se activan todas las alarmas:…
Autor: Carlos Balén
El mundo necesita discípulos católicos contraculturales
¿Qué hay de ti y de mí? ¿Has muerto al pecado? ¿Vives para Dios? ¿Persigues la santidad? ¿Estás rezando íntimamente todos los días? ¿Proclamas el Evangelio? Estas son algunas de…
Ex ateos que comprobaron que Dios, tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros
Muchas veces Dios espera y actúa sobre nosotros a través de terceras personas o sucesos que pueden parecer muy sencillos y no llaman nuestra atención. Y en realidad, su plan…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…



















