Aunque confesarse es recomendable en cualquier época del año, Adviento y Cuaresma son los dos tiempos litúrgicos en que más fieles acuden a este sacramento. Incluso personas alejadas de la fe o de la práctica religiosa pueden sentir la necesidad de replantearse sus actos y hábitos, y enfrentar el nuevo año de forma «nueva».
En un libro breve y directo de reciente publicación, De la Confesión a la Conversión (EUNSA), que explica el poder transformador de este sacramento, Ignacio del Villar repasa algunas iniciativas que pueden aplicarse en parroquias y otros templos para facilitar que la gente se confiese y animarla a ello.
1. Horarios de confesión fijos y bien anunciados
«Todas las iglesias tienen sus horarios de Misa bien establecidos, con carteles a la entrada del templo en muchos casos. Pero con bastante frecuencia los horarios de Confesión brillan por su ausencia.…
Autor: ReL
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