Desde hace años la Fundación Carmen de Noriega imparte en España clases a sacerdotes para mejorar sus dotes comunicativas, y uno de los temas que más se trabaja es el de las homilías.
No hay en España casi estudios sobre cómo los fieles católicos viven la liturgia, el culto o la vida parroquial, pero de lo poco que se ha estudiado ocasionalmente se ha repetido siempre un tema que fastidia a los católicos practicantes: las homilías aburridas e irrelevantes.
Chema Villanueva, profesor y formador de oratoria en la Fundación Carmen de Noriega, ha explicado en el programa Ecclesia de Trece TV, que es posible mejorar mucho las homilías con algunas ideas sencillas.
“La experiencia está siendo curiosa, resulta positiva por ver a sacerdotes que pueden llevar quince o veinte años predicando y tienen la humildad de querer aprender y comunicar mejor. Es muy edificante”, ha comentado.
Los cursillos se imparten de manera presencial pero también online. Antes de la pandemia, la Fundación Carmen de Noriega acudía a multitud de seminarios de toda España, colegios y diócesis para facilitar la formación. Pero con la llegada de la pandemia, se potenció la vía online: “El sacerdote solo tiene que apuntarse a través de la web de la fundación y durante un mes realiza unos ejercicios prácticos y a partir de ahí les damos consejos para comunicar mejor y crecer en este ámbito”, explica Chema Villanueva.
Los 3 errores más frecuentes
Según este profesor de oratorio, los 3 errores más frecuentes en las homilías en España son:
– que son demasiado largas; «el Papa Francisco recomienda que sean de siete u ocho minutos. No más de diez en cualquier caso».
– que son demasiado moralizantes; «se hace una lectura de lo que está bien o mal. Hay poco espacio para la reflexión personal. Parece que estamos al dictado de lo que hay que hacer»
– que son frías o teóricas; «lo que transmite el cura no pasa por su corazón. Si lo has experimentado, llega más”
Las 5 claves para una homilía atrayente
Chema Villanueva, frente a esos errores, propone más bien trabajar las homilías para que sean más atractivas e interesantes para los fieles y que atrapen la atención del público.
1. «Comunicar corazón a corazón»; la homilía no es una conferencia o una clase, no es un mero transmitir datos o contenidos
2. «Que tenga una buena estructura para seguirla bien».
3. Poner ejemplos concretos de situaciones reales, que se ajusten a la realidad de los oyentes, que los feligreses se sientan identificados
4. Es posible usar imágenes; «con una imagen las homilías quedan mejor»
5. El sacerdote debe abrirse al feedback (la respuesta) de los oyentes; debe preguntar a los feligreses si les ha ayudado la homilía. «Si el cura se enfrenta con humildad a esta criba de los feligreses, podrá mejorar».