Dios puede manifestarte en el momento menos esperado. Así lo corrobora, Rosina Buecher, una joven que fue testigo de un increíble milagro que te revelaremos a continuación.
Era un 17 de enero del año 1797. Rosina vivía en un pequeño pueblo de Austria llamado Absam, ubicado muy cerca de Innsbruck. Esa mañana de invierno, Rosina se encontraba cosiendo en la mesa de la familia, cuando de la nada comenzó a invadirla una sensación desagradable de terror y sufrimiento. Ella lo catalogó como un mal presentimiento, así que lo primero que pensó es que pudo haberle pasado algo terrible a su papá en ese momento. Cabe destacar que su padre y su hermano solían trabajar en la mina de sal y ahí los riesgos de accidentes son bastantes altos.
Rosina decidió dejar lo que estaba haciendo y se levantó a mirar por la ventana. Justo en ese momento se llevó una increíble sorpresa, en el vidrio de la ventana podía observar la imagen de una hermosa, sonriente y joven mujer. Inmediatamente, Rosina buscó a su mamá para que viera la imagen y las conclusiones fueron las mismas: era la Virgen María revelando su rostro de la manera más hermosa, ante estas dos humildes mujeres.
Después de este hecho, Rosina y su madre llamaron al párroco y a toda la gente del pueblo que pudieron para que apreciaran la imagen de la virgen. Unos minutos después, el padre de Rosina y su hermano llegaron a la casa diciendo que mágicamente se habían salvado de un accidente en la mina. ¿Acaso había sido un milagro?
La confirmación de un milagro
La respuesta es sí. Rosina lo supo desde que su padre terminó de contar la historia. El presentimiento que había tenido más temprano era tan solo una advertencia de lo que les había pasado. Mientras que la imagen revelada de la virgen era la confirmación del milagro de la salvación de sus familiares, de eso no cabe duda.
Después de besos, abrazos y agradecimientos a Dios y a la Virgen, el párroco decidió retirar el vidrio de la ventana para que fueran a examinarlo. Después de muchos intentos de borrar la imagen, incluyendo el ácido, ésta seguía ahí. Luego de esto, tanto el párroco como el obispo confirmaron que la imagen era sagrada. El cristal fue devuelto el 24 de junio de 1797 a la familia de Rosina, pero tiempo después tomaron la decisión de que su lugar era la Iglesia de San Miguel.
Cuando el vidrio llega a la iglesia, las personas del pueblo comenzaron a ir para pedirle que curara a los enfermos, y las peticiones siempre eran escuchadas por la ahora llamada Nuestra Señora de Absam.
Historias como las de Rosina hay muchas. Tanto Dios como la Virgen se le pueden aparecer a cualquier persona sin importar su procedencia. No importa si eres famoso, cirujano o una joven y humilde niña, Dios se te va a presentar para que creas en su fe. ¿Pruebas de su existencia?, hay millones. Solo debes esperar que él te revele su amor y verás los cambios en tu vida.
Fuentes:
https://forosdelavirgen.org/486/nuestra-senora-de-la-misericordia-de-absam-austria-17-de-enero/