Ya no es difícil imaginar una parroquia con miles y millones de feligreses desde que este sacerdote de un pueblo de la diócesis de Getafe, en Madrid, creo Asalto al Cielo. Conoce todos los detalles leyendo este artículo
Asalto al cielo: Curando heridas
Asalto al cielo no trata de otra cosa que testimonios de diferentes personas que luego sube a YouTube para que todos puedan verlo. Su anhelo es convertirse en un buen pastor, curar heridas, sanar almas. Cuenta su historia feliz, agradecido e impactado por el alcance de aquella inquietud misionera que tanto ansiaba por dentro, y de la que se hace eco la Revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
Recuerda que todo empezó en enero de 2010, cuando se cayó el techo de la iglesia de Pinto, en la diócesis de Getafe, donde era el párroco. El hecho fue cubierto por los medios, le dio a conocer e hizo que él también conociera a mucha gente. En Pinto, estuvo por nueve años, y los seis primeros no fueron fáciles por lo que constantemente pedía ayuda, incluso “Fui a Medjurgorje e hice un retiro de Emaús. El Señor fue abriéndome puertas, vi que soy un instrumento para la gente de mi parroquia… y se empezó a transformar la comunidad. Empecé a ver auténticos milagros”, explica para Misión.
Los tres años siguientes en Pinto fueron de enérgica vida parroquial: acompañamiento a matrimonios, jóvenes, niños… Se sentía como un pastor que está todo el día con sus ovejas.
En 2014, lo trasladan a la parroquia de Colmenar del Arroyo, un pueblo 40 kilómetros de Madrid, lo que hizo que cayera en una crisis de acción misionera que originó la revolución de los Asaltos al Cielo. Sin duda, la vida de pueblo le quedaba pequeña y no podía contener su “fuerza interior de evangelizar”. No quería dejar de llegar a sus amigos de Pinto y de Madrid, para no cortar esas relaciones que tanto le había costado crear, entonces ¿qué podría hacer?
El Cielo por asalto
“Le daba vueltas a qué hacer, pues me encontraba en un lugar con pocas posibilidades por su ritmo de vida: gente tranquila, con sus tradiciones, a quienes todo lo de fuera les sonaba raro”. Cierto día, rezando, pensó en “invitar a todos a un encuentro de oración” en su nueva parroquia. Un sábado, el día de la Virgen.
“Se lo dije a mi amiga María Vallejo-Nájera, para probar, aunque sin idea de continuidad. Era una locura pensar que la gente se movería hasta Colmenar del Arroyo, pero el Señor me impulsaba. Y pensé: si la gente viene, es que el Señor lo quiere, que no me lo he inventado yo”. Convocó a otros amigos y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Colmenar del Arroyo se llenó. Cada sábado al mes era lo mismo, esto durante cinco años seguidos.
El modelo de la reunión siempre es el mismo: “Empezamos a las 17 h, con el rosario. Vamos meditando los misterios con cantos de alabanza muy bonitos. Luego el testimonio, de una hora. Después, adoración con todas las luces apagadas y, para terminar, la misa parroquial de las 20 horas. La intensidad es progresiva: la gente va llegando poco a poco y, al final, veo la iglesia llena. El testimonio abre los corazones y cuando, después, pones al Señor en la adoración, es muy emocionante. Antes de la misa paso por los bancos dando la bendición con el Santísimo. Es un momento muy fuerte, les acerco al Señor y casi lo pueden tocar”.
La parroquia virtual
A estos encuentros llegaban más de 200 personas, pero pronto los Asaltos al Cielo traspasa fronteras gracias a la difusión de las redes sociales. “Se me ocurrió grabar el primer testimonio con la idea, quizá, de hacer copias. Al año, alguien me propuso subirlo a YouTube y, aunque me daba pereza, empezamos a subir los que ya teníamos e incorporamos los nuevos. En 4 años habían sido vistos por un más de un millón de personas”, esto ha hecho que hoy Asalto al Cielo tenga su propio canal de YouTube con 11.000 suscriptores.
Y así, sin darse cuenta, los Asaltos al Cielo habían plasmado aquello que pide el Papa Francisco en Evangelium Gaudium: una Iglesia fiel y creativa que busca a los alejados para comunicar la alegría del Evangelio. “Alguien me dijo que yo tenía una parroquia de 1.000 habitantes y luego una parroquia virtual de miles de personas en todas partes del mundo. Es una aventura espiritual, misionera y comunicativa que jamás imaginé”.
Sin embargo, hace más de un año tuvo que parar, “Los Asaltos al Cielo hacían mucho bien, pero me pasaba el mes pendiente de los detalles. Tenía que ocuparme más de la parroquia y es lo que he hecho. Luego vi que Dios me pedía volver y le dije: Dame un testimonio. Y me llamó José María Zavala para contarme de su película Renacidos”. Y así, en noviembre de 2019, comenzaba una nueva etapa de Asalto al Cielo.
“Lo que impacta es la gracia”
Los testimonios que vemos en los Asaltos al Cielo, no son charlas de Teología, tampoco conferencias espirituales, simplemente son relatos en primera persona, encuentros y sucesos que han marcado la vida de quienes lo cuentan. Tras María Vallejo-Nájera, fueron los Asaltos al Cielo de Jesús García, María Luisa Ruiz Jarabo, Marta Oriol, Juan Manuel Cotelo, Alfonso del Corral, Jaume Vives y muchos más…
“Cada testimonio es único, y todos son muy fuertes. Son personas que están haciendo una misión importante, algunas más conocidas, otras desconocidas a las que de este modo se les da a conocer. Otros son personajes públicos que habían salido en los medios católicos dando testimonios fuertes y a los que llegaba porque alguien me ponía en contacto. Y luego, cuando se fue asentando el nombre, me llegaban recomendaciones: ¡Esto tiene que ser un Asalto al Cielo! La gente dice que lo más impresionante de los Asaltos al Cielo no es el testimonio, sino la gracia que está ahí”.
Testimonios que conmueven y transforman vidas
En un rincón de España, un pastor católico decidió compartir historias de vida que tocarían el corazón de millones de personas alrededor del mundo.
Estos relatos, conocidos como «Asalto al Cielo», se ha convertido en un fenómeno viral que ha dejado una profunda huella en la sociedad contemporánea.
El pastor, cuya pasión por curar heridas y sanar almas lo impulsaba, comenzó a grabar Testimonios católicos personales de individuos como evangelización en YouTube que habían experimentado encuentros y sucesos transformadores.
Estos testimonios, no eran charlas académicas ni conferencias espirituales; eran relatos en primera persona que revelaban la fuerza de la gracia divina en la vida cotidiana.
En un mundo donde la desesperanza y el sufrimiento parecen prevalecer, Asalto al Cielo llega como un rayo de luz, recordándonos que la transformación es posible y que la gracia divina está siempre presente, esperando ser acogida.
Así, estos testimonios conmueven y transforman vidas, dejando una huella imborrable en el camino espiritual de aquellos que se encuentran con ellos. Los Asaltos al Cielo son una aventura espiritual, misionera y comunicativa que jamás se habría imaginado, pero que ha logrado tocar a miles de personas en todo el mundo.
Fuente: Religión en Libertad
Buenos días
Estoy interesada en saber si continúan los testimonios de
Asalto al cielo de la parroquia de Colmenar del Arroyo. Si es así, me gustaría saber por favor cuándo son. Me parecen una maravilla.
Muchas gracias
Un saludo
Pilar