El reiki y la Nueva Era (New Age), se han extendido cada vez más por la sociedad buscando el bienestar físico y mental que producen. Conoce todos los detalles y continúa leyendo este artículo
A pesar, que cada vez son más las personas que alertan que, detrás de esto lo que de verdad ocurre, es que se abre la puerta al demonio. Inclusive entre los católicos llega a ser un problema, ya que estas técnicas se disfrazan de tal manera que se venden como algo bueno. Siendo adoptadas por muchos fieles, también por consagrados, teniendo efectos devastadores.
Juan Sánchez, ex maestro de reiki, que por muchos años introdujo en estas y otras técnicas similares a más de 1.500 personas lo hacía sin temor, pues él creía ser católico y practicante activo en la parroquia. Pero en realidad se había hecho una religión a su medida en la que él era su propio dios.
Lo bueno, es que pudo ver la verdadera cara del mal tras el reiki y tuvo una real conversión que le llevó a la Iglesia. Su testimonio de conversión lo contó en la Vigilia de Asalto al Cielo, que organiza el padre Álvaro Cárdenas en la parroquia de Colmenar de Arroyo (Madrid).
La Nueva era, no es tan bueno como parece.
Juan, con sus 59 años encima, está retirado de la Armada y llegó al reiki. Como casi todas las personas, llega ahí para curar unas dolencias que tenía, que no le permitían trabajar con normalidad.
Inició en terapias naturales, para lo que se hizo naturologo y llegó a abrir una consulta. “Empecé a escuchar cosas de la Nueva Era, técnicas que parecían maravillosas, y yo entonces era una esponja y comencé a interesarme por un sinfín de técnicas”.
A raíz de la comunión de su hijo, volvió a integrarse a la parroquia, fue en ese momento cuando descubrió el reiki por casualidad, “me impactó, lo presentaron como algo tan bonito…podía sanar a la gente, era fantástico para mis consultas y encima podía beneficiarme.
Me lo presentaron como algo esotérico y ahí debí sospechar, pero era como los fanáticos y yo lo veía como algo estupendo”.
Así fue como accedió al primer nivel del reiki. “Había contactado con un maestro de reiki en Torre Pacheco (Murcia), allí me convertí en médium, pues cuando accedemos a muchas de estas terapias estamos llamando a fuerzas que no vienen de Dios”.
El reiki, es una “canalización de energía por imposición de manos” pero no como la que realiza un sacerdote.
“Se llama a una energía que nadie conoce su procedencia, bueno sí se sabe, pero no se quiere conocer. Viene del diablo”, contaba. Mediante el reiki “se producen curaciones que luego pasan facturas muy grandes. El reiki se divide en varios niveles.
El primero a es nivel físico, hace falta que esté la persona presente para hacerle ese esoterismo. Se me enseñó un símbolo que es abrir la puerta al diablo para hacer una llamada de energía que no viene de Dios”.
Siguió profundizando, “Nos representaban a los guías reiki como ángeles de la guarda, pero no eran más que demonios a los que estaba invocando”. En este segundo nivel, ya no hace falta que esté la persona delante de uno para que se le pueda aplicar esta “energía”. Y los símbolos que le mostraron eran dos, uno que entra de la mente de la persona, también a distancia, pero en el pasado y el futuro.
El sentía que el demonio le iba engañando, pues “las terapias eran mucho más efectivas cuando practicaba reiki”. De este modo formaba parte de su vida diaria, junto con sus actividades de la parroquia.
Necesitaba más, y no dudó en llegar al máximo nivel, la maestría. “Estaba dispuesto a pagar hasta un millón de pesetas (hablamos de 1999) para lograr la maestría”. Cuando estaba de vacaciones unos amigos le hablaron de un maestro de reiki, a quien contactó para que le diera la maestría.
En poco tiempo “Ya era jefe de los médium y yo podía iniciar a otros a ser uno. Había entregado toda mi vida al demonio aunque él ponía todo muy bonito”, contaba en su testimonio.
Llegó a iniciar a monjas y curas
Ahora que ya era maestro y empezó a dar cursos gratis. Al principio una tarde a la semana, pero poco a poco fueron más días, logrando que hasta 1.500 personas iniciaran con él. Incluso llegó a escribió un libro, todo esto sin dejar de ser catequista, daba cursillos prematrimoniales e incluso estudiaba Teología.
“Llegué a iniciar a varias consagradas e incluso consagrados. Una de estas consagradas llegó a la maestría de reiki”, quien hasta ahora sigue defendiendo sus bondades, pese a que le explicó su conversión y los males del reiki. Por otro lado, en la parroquia intentaban desalentar lo que hacía.
Un diácono amigo suyo, le dio un documento de los obispos de Estados Unidos que hablaba del reiki, aunque, “mi contestación fue que los obispos estaban equivocados”. Pero un sacerdote le decía que no lo hiciera más, ahora ese cura es hoy su párroco y su director espiritual.
El demonio hace reiki
Juan contó a los presentes una “anécdota” sobre el reiki que le hizo reflexionar sobre si debía seguir practicándolo. “Estaba haciendo una sesión de reiki a la señora. Ella quería solo que le hiciera reiki. Aquella persona se transformó, le empezaron a dar espasmos bestiales y mientras yo no sabía qué hacer. Su cara se transformó, era una cara diabólica. Si habéis visto la película de El Exorcista, pues la cara que vi en la habitación de mi casa en esa señora, era peor”.
Luego de un par de minutos esta mujer se calmó y finalizaron la sesión. Ella no se acordaba absolutamente de nada de lo que le había ocurrido. “Después de dejar el reiki comprendí esto, que si no había sido una posesión era una influencian demoníaca”, confiesa.
El retiro espiritual que le hizo ver la realidad
Luego de esto, Juan acudió a un retiro espiritual sugerido por un sacerdote para así aclarar su mente. Su vida cambió a partir de ese momento. Durante el retiro, pasó la mayor parte del tiempo delante del Sagrario. Sintió que las Escrituras le hablaban sobre su realidad.
“En ese momento Dios tocó la puerta de mi corazón de una manera tremenda. Empezó a convertir mi corazón de piedra, primero en arena hasta el que el sábado me dio la puntilla. Tienes que dejarlo, sentí. Aquella noche confesé delante de todos mi decisión de dejar el reiki”.
Al llegar a casa, luego del retiro, escribió una carta a todos sus clientes informándoles que dejaba el reiki, y avisando a los católicos de los peligros que entrañaba. A pesar de esto, no le comprendieron y muchos le criticaron. “A partir de ahí comencé una vida de oración para salir de este siniestro mundo y ahora estoy muy feliz”, afirmaba Juan Sánchez.
Su conversión ayudó a una de sus alumnas
Después ingresó en la Renovación Carismática y también ha acudido a uno de los Retiros de Emaús, y desde entonces su vida cambió mucho. La oración y el rezo del Rosario le ayudaron a salir de la New Age. Y ahora tiene un blog en el que alerta sobre lo que se esconde tras el reiki.
Juan da gracias a Dios, porque una de sus alumnas al leer su carta donde informaba que dejaba el reiki, tuvo un tiempo de reflexión. Lo que le hizo dejar el reiki, y al escuchar una de sus conferencias, dejó también el yoga. “Con la ayuda de un sacerdote comenzó un camino de conversión y hoy tiene una vida de profunda fe”.
Una puerta al demonio disfrazada de sanación
La popularidad del Reiki ha crecido exponencialmente en los últimos años, atrayendo a personas de diversas creencias y religiones en busca de sanación y bienestar. Sin embargo, detrás de la fachada de esta técnica aparentemente inofensiva se esconden grandes peligros del reiki, engaños que ha dejado efectos devastadores en la vida de muchos.
Juan Sánchez, un ex maestro de Reiki, fue uno de los tantos que cayeron en las garras de esta práctica aparentemente inofensiva. Como católico practicante, creía que el Reiki era compatible con su fe y que podía utilizarlo como una herramienta para sanar a los demás. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se había involucrado en algo mucho más oscuro de lo que imaginaba.
A medida que profundizaba en el Reiki, Juan descubrió que esta técnica no era simplemente una forma de canalizar energía positiva, sino que involucraba la invocación de fuerzas desconocidas y peligrosas. Los símbolos utilizados en el Reiki eran puertas de entrada al diablo, y aquellos que practicaban esta técnica estaban llamando a entidades demoníacas sin siquiera darse cuenta.
El Reiki no es tan inofensivo como parece. Detrás de su apariencia de sanación y bienestar se esconde una puerta al demonio que ha llevado a la destrucción espiritual de muchos. Es importante estar alerta y discernir cuidadosamente antes de involucrarse en prácticas que puedan comprometer nuestra fe y seguridad espiritual.
Fuente: Catholic.Net