Casi todo el mundo, literal, todo el mundo, se encuentra aislado. Todos en casa tratando de pasar los días de la mejor manera. Los abrazos y muestras de afectos físicas quedaron prohibidos, quedando la alternativa de un “abrazo virtual” o “besos a la distancia”
¿Pero es la única manera de expresar cariño o cualquier expresión de afecto?
Creando comunidades virtuales católicas
Podremos estar solos físicamente, pero no de espíritu. Para lograrlo, es importante seguir estos consejos.
1. Llamar por teléfono, enviar correos electrónicos y enviar mensajes de texto, es lo primero que viene a la mente. Parece que el aislamiento forzado puede ser una experiencia novedosa para muchas personas, pero les causa angustia, porque no tienen experiencia previa en el manejo.
Es cierto que algunas personas pueden manejar mejor esta situación, pero otras lo encuentran como una experiencia estresante que incluso los conduce a una fuerte depresión. Por lo tanto, un simple ‘¿Cómo estás?’ mediante una llamada, un correo o un mensaje de texto puede ser un gran alivio, incluso reforzando la esperanza al final de este túnel.
2. La oración, siempre una buena idea. Tenemos el tiempo y las circunstancias, hay que aprovecharlo. El Papa Francisco ha ofrecido una indulgencia plenaria para quienes rezan por las víctimas de Covid-19, y para quienes las cuidan. Por eso no podemos desaprovechar este incentivo para orar. Pero con o sin incentivos, la oración parece una excelente cosa para hacer en este momento.
También puedes rezar con otros a distancia a través de las redes sociales o sitios web, incluso en soledad. Puesto que la oración en sí misma es un recordatorio de que, sin importar las circunstancias que encontremos nosotros mismos, nunca estamos realmente solos cuando oramos. Y es un pensamiento consolador para muchos que lo necesitan urgentemente en las actuales circunstancias difíciles.
3. Celebrar Semana Santa sin Pascua, planificando ahora sí, la celebración de estas fiestas sagradas de la manera que deben celebrarse. Más aún si las iglesias estarán cerradas para entonces. Si cuentas con folletos litúrgicos que contienen los textos de la Semana Santa y los ritos de Pascua, se sugiere familiarizarse con ellas de antemano, con la intención de usarlos cuando llegue el momento. O puedes ver si uno de esos amigos a quienes llamas por teléfono, envías un correo electrónico o envías un mensaje de texto, le gustaría unirse a la distancia para hacerlo. Ciertamente, las personas pueden unirse a otras personas para adorar a Dios sin estar necesariamente en el mismo lugar con ellas.
Muchos sufren esta pandemia como una experiencia desagradable, de aislamiento y soledad. Los sentimientos negativos son comprensibles, pero quizás no del todo malos, ya que nos permiten saborear el aislamiento y la soledad de Jesús en la cruz. Si lo vemos desde otro punto de vista, tal vez la pandemia nos puede ayudar a una formación comunitaria más fuerte.
Nos encontramos juntos en esto. A medida que pasa el tiempo y la cuarentena se extiende y se aprieta, estamos aprendiendo y descubriendo nuestra necesidad de uno y del otro, de maneras que tal vez, no hubiéramos esperado.
La pandemia pasará, pero los lazos formados durarán.
Fuente: The Catholic World