Dios siempre nos habla en diferentes momentos y de diferentes maneras.
Esa es la premisa básica del libro Discernimiento del difunto Henri Nouwen, sacerdote católico romano, autor de 39 libros y profesor de religión en Yale, Harvard y Notre Dame. Por supuesto, la idea de que Dios está en contacto constante con nosotros puede hacer que preguntes:
“Si Dios está hablando, ¿por qué no le oigo?”
Nouwen dice que la manera de escuchar a Dios es a través del proceso de discernimiento que, en pocas palabras, es el juicio y la comprensión espiritual. Es una forma de tomar decisiones que no se basa solo en el intelecto, sino que implica “una disciplina regular de escuchar la voz quieta y pequeña bajo la prisa del torbellino, una práctica orante de leer los signos sutiles en la vida cotidiana”.
Antes de seguir adelante, tal vez te preguntes sobre la definición de Nouwen de Dios y si está basada bíblicamente. Nouwen nos dice que comparte las opiniones de su compañero católico Thomas Merton, la noción de que “Dios es el fundamento de toda vida y fuente de toda existencia, no sólo una figura abuelo en el cielo”. Dios es la sustancia de la vida o como dijo Paul Tillich, no un ser, sino ser él mismo.
Nouwen escribe que la clave del discernimiento es “responder a ese lugar profundo dentro de nosotros donde nuestros deseos más profundos se alinean con el deseo de Dios”. Cuando establecemos esa conexión en lo más profundo de nuestro ser, nos permite “tamizar nuestros impulsos, motivos y opiniones“, para poder tomar decisiones que nos acerquen a Dios. A su vez, somos capaces de traer más amor, alegría y paz a nuestras vidas y nuestra capacidad de mostrar amor y compasión a los que nos rodean, en aumento.
La clave del discernimiento es “escuchar un sonido más profundo”.
Según Nouwen, “cuando escuchamos de verdad, llegamos a saber que Dios nos está hablando, señalando el camino, mostrando la dirección”. Cuando podemos detectar cómo nos guía Dios, “sabemos cuándo actuar, cuándo esperar y cuándo dejarnos llevar”. Como señala el músico y autor Robert A. Jonas en el prólogo del libro
Cuando usamos el discernimiento, notamos que nuestras vidas se vuelven menos caóticas y menos llenas de drama. Notamos que estamos menos ansiosos y temerosos. Notamos que nos sentimos más cómodos con la soledad y con la aceptación del misterio y la incertidumbre. Descubrimos una profunda paz interior.
¿Cómo escuchamos a Dios? ¿Cómo nos volvemos versados en “escuchar un sonido más profundo y marchar a un ritmo diferente”, comprometiéndonos en una vida en la que nos volvemos “todo oídos”? Nouwen tiene varias sugerencias, formas en las que “la presencia de Dios puede ser detectada en las actividades ordinarias y en las rutinas de cada día“.
5 maneras de oír lo que Dios te está diciendo
- Oración y contemplación
Nouwen cree que nuestra lente espiritual se agudiza cuando participamos en la oración y la contemplación diarias. No menciona ninguna oración específica, sólo que pedimos a Dios guía, un acto que se puede combinar con una contemplación tranquila. Nouwen dice que “las cosas más interesantes de la vida a menudo permanecen invisibles para nuestros sentidos ordinarios, pero son visibles para nuestra percepción espiritual“. La oración y la contemplación los traen a la superficie.
- “Leyendo el Libro de la Naturaleza”
La frase anterior es de Nouwen, quien nos dice que “el primer idioma de Dios es la naturaleza“. (Un interesante paralelismo con la idea de que el lenguaje primario de Dios es el silencio.) Nouwen cree que “la naturaleza te hace más atento a la guía divina“. Menciona el hecho de dar largos paseos entre altos árboles y cómo éstos hablan de “paz, estabilidad, armonía, descanso, vida y muerte, ir y venir, quedarse e irse“. El entorno natural nos sitúa en un espacio mental en el que se puede escuchar lo divino.
- Prestar atención a las personas a su paso
Nouwen nos aconseja que Dios habla a través de las personas que conocemos en la vida cotidiana, principalmente a través de “familiares y amigos cercanos con quienes tenemos una relación primaria“, aunque incluso completos extraños a veces pueden entregar mensajes importantes. Según Nouwen, las personas son “vehículos humanos de presencia y dirección divina” y “signos vivos que apuntan al camino hacia el hogar, la vocación o una nueva dirección“. Al prestar atención a las personas que Dios pone en tu camino, puedes discernir la dirección de Dios para tu vida.
- Análisis de los acontecimientos del día
Nouwen ve a Dios presente en las actividades y encuentros que ocurren cada día y que estos acontecimientos representan “señales” y “ocasiones continuas para cambiar el corazón“. Estos signos y señales nos ofrecen orientación diaria. En sus palabras: “Pase lo que pase, cosas buenas o malas, agradables o problemáticas, preguntate: “¿Qué puede estar haciendo Dios aquí?“
- Mirando lo que te atrae leer
Esta es una idea interesante, que lo que nos atrae leer durante un período dado puede ser otra manera en que Dios nos está ofreciendo guía. Nouwen deja claro que no está hablando sólo de la Biblia, sino de cualquier lectura espiritual y de todo tipo de “buenos libros y literatura humana“. Se convierten en “vehículos de comunicación divina” que unen nuestra voluntad y la voluntad de Dios como una sola.
Fuente: Phateos