Cada vez, son menos las ciudades tienen pulmones verdes, en los cuales sus pobladores puedan respirar aire puro. Por tal motivo, se necesita adecuar o buscar espacio dentro de las mismas para sembrar árboles frutales y de otros tipos. Este tipo de vegetación nos brindan oxígeno y sombras, y promueven que la brisa penetra en nuestros hogares y que la naturaleza compita con la selva de concreto y metales. Necesitamos conciliarnos con la naturaleza y con ello combatir el cambio climático.
Sin embargo, existen personas que se ocupan de reforestar las ciudades. Ese es el caso del ingeniero industrial oriundo de la India, Shubhendu Sharma, quien, en el 2011, comenzó educando a la gente para hacer bosques en sus casas y ahora esta reforestando ciudades en todo el mundo.
En el año 2009, el ingeniero industrial conoció al botánico japonés, Akira Mivawaki, experto en restauración de bosques naturales en tierras que han sufrido degradación. El botánico visitó la fábrica de Toyota donde Sharma laboraba, el objetivo era crear un pequeño bosque en las instalaciones con una técnica que él había creado. El ingeniero quedo fascinado y en poco tiempo hizo su propio bosque en el patio trasero de su casa, lo que mejoro la calidad del aire.
Después de esta experiencia el ingeniero Sharma resolvió mejorar el método Miyawaki e inicio su proyecto llamado Afforestt. Actualmente, ha plantado más de 400.000 árboles en 38 ciudades de diversos países como Francia, Holanda, Irán, India, Singapur, Paquistán, Estados Unidos, Nicaragua, entre otros. El alcance de sus proyectos a llegado a empresas, parques, hoteles, estacionamientos, zoológicos
España, es otro país interesado en hacer un bosque en el Matadero de Madrid, su propuesta es promisoria, dice: “usando solo materiales locales en un espacio equivalente a seis plazas de parking y por el precio de un iPhone es posible crear un pequeño bosque salvaje de 300 árboles”.
En las ciudades hay muchas tierras estériles, se debe ir a los bosques naturales para tomar una muestra y analizar qué tipos de microorganismo y propiedades poseen, de esta forma podremos mejorar sus capacidades de perforación y vigorizar sus raíces. El método Mivawaki comienza por la identificación de la vegetación autóctona del entorno.
Conseguir las variedades autóctonas es precisamente el mayor desafío que se afronta. El ingeniero industrial Sharma comenta:” No suelen existir bancos de semillas y perdemos mucho tiempo que podríamos ahorrar. En India estamos elaborando un banco de semillas propio. Nuestro propósito es conseguir que cada país haga el suyo, por eso necesitamos un enfoque científico sobre la reforestación”. La técnica de Afforestt está aprovechable en open source en cuatro idiomas, incluido en español.
Mayormente, se prefieren las plantaciones por razones ornamentales y se olvida seleccionar la vegetación local, y adicionalmente en la mayoría de las ciudades, las plantaciones no se planean con criterios de sostenibilidad, lo cual en muchas oportunidades afectan alcanzar buenos resultados de reforestación. Con la creación de bosques urbanos se obtienen muchos beneficios de los cuales podemos citar: “el oxígeno y la absorción de la contaminación son 30 veces mayores que en un monocultivo, atraen nubes cargadas de lluvia y, al mismo tiempo, la humedad que emiten favorece la creación de nubes”.
Los beneficios de la reforestación son muchos y excelentes. Las personas que habitan en las ciudades no sienten conexión con la naturaleza, se ha fracturado esa relación. Las ciudades se calientan mucho, casi nunca llueve, por lo que hace demasiado calor. Asimismo, se generan problemas de salud como la depresión o enfermedades respiratorias. Obviamente no es calidad de vida.
La metodología del ingeniero Sharma permite economizar millones de euros porque los bosques se mantienen solos usando y aprovechando espacios perdidos para generar un impacto positivo sobre el microclima.
El ingeniero Sharma defiende con pasión la contribución de su propuesta al mejoramiento de clima local, y propone que debemos enfocar el proyecto de lo local a lo global; es decir, solucionar el calentamiento local para luego hacerlo a nivel global.
Se deben convertir las tierras en bosques, los espacios públicos, las industrias, las empresas y hogares en zonas verdes. Se gastan tantos en recursos: fertilizantes, agua, talentos humanos y dinero en tierras estériles sin ninguna utilidad. Supuestamente, según Sharma, en tan solo tres años se puede generar un gran impacto, e inclusive reducir los gases invernadero y el calentamiento de nuestras ciudades.