Si echamos la vista atrás y tratamos de hallar algún rasgo constitutivo común entre las distintas y más apartadas civilizaciones (tanto en el tiempo como en el espacio), descubriremos que casi todas se distinguieron por honrar a sus ancianos. En efecto, son raras las formas de comunidad humana en las que los viejos han sido desdeñados o condenados al descrédito; y todas ellas han fenecido pronto. En la Antigüedad, los ancianos ocuparon siempre los puestos más encumbrados de la consideración social, como custodios de las tradiciones, depositarios de una sabiduría ancestral y espejo en el que los jóvenes deseaban contemplarse: ellos eran reyes y consejeros de reyes, sumos sacerdotes, oráculos y profetas; ellos eran patriarcas y tutores de sus respectivas familias y clanes; y se les rendía respeto y veneración, pues se reconocía en ellos un conocimiento profundo de las…
Autor: Juan Manuel de Prada
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Comulgar en la boca en época de pandemia
Te queremos compartir este artículo del Padre Ángel María Rojas, S.J. escrito en agosto del 2020, donde nos explica cómo comulgar en la boca, sobre todo, en estos tiempos de…
El mundo necesita discípulos católicos contraculturales
¿Qué hay de ti y de mí? ¿Has muerto al pecado? ¿Vives para Dios? ¿Persigues la santidad? ¿Estás rezando íntimamente todos los días? ¿Proclamas el Evangelio? Estas son algunas de…