Una religiosa, superiora en un convento de clausura, me dio a conocer el doble significado de la lamparita que parpadea y acompaña los sagrarios del mundo en los que se mantiene guardado a Nuestro Señor sacramentado. Por un lado, es un faro que viene a indicar que Jesucristo se encuentra –bajo la especie del pan– en el interior de esa cárcel voluntaria de amor que es el tabernáculo (basta que la luz esté apagada para que sepamos que no contiene al Rey de Reyes). Por el otro, el brillo trémulo –muchas veces rojo como la sangre, a causa de su envoltorio en una tulipa de cristal de ese mismo color– representa las miríadas de ángeles que acompañan a Jesús en esa presencia misteriosa. Dichos ángeles no logran superar el estupor al que se refería San Pedro Crisólogo, al considerar que las magnalia Dei (las maravillas de Dios a favor de los hombres) superan con creces…… Continuar leyendo
Autor: Miguel Aranguren
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