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Yangón – “La comunidad católica de Myanmar vive hoy en un doloroso clima de violencia. Los combates continúan. La vida es difícil y precaria. La gente siente el cansancio y el sufrimiento de una situación de violencia que se prolonga desde hace más de un año de conflicto”, explica a la Agencia Fides monseñor Noel Saw Naw Aye, obispo auxiliar de la archidiócesis de Yangón. “También nosotros, los obispos, a la cabeza de la comunidad de los bautizados, estamos en una situación extremadamente difícil y delicada porque, por un lado, tenemos que tratar con los militares que están en el gobierno y, por otro, tenemos que hacernos cargo de los sufrimientos, peticiones, necesidades del pueblo… Por supuesto que siempre estamos del lado de la población, pero también estamos llamados a dialogar con los líderes políticos y los jefes militares solo para evitar mayor…
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